viernes, 19 de octubre de 2012

Yo no soy Juan Pablo Castel: Parte 3

Es importante dejarlo bien claro, yo no soy Juan Pablo Castel, él es un asesino. Yo no. 
La aclaración viene a cuento de que pasó mucho tiempo del último relato y quizás se hayan olvidado. Aunque lo más probable es que nunca lo hayan leído con lo cual nunca lo supieron. 
En fin, sigamos con la historia.
Ella, supuestamente, se había ido a la casa de la madre, a ver, pensemos... ¿quien osaría volver a la casa de esa vieja bruja? La respuesta es nadie, por si alguno no se dio cuenta. Ustedes dirán ¿y por que, necesariamente, tiene que ser una bruja? ¿Solo porque vos lo decís? Y acá va mi respuesta, yo soy la verdad, soy la verdad hecha hombre, alto, flaco, dientes blancos como perlas, ojos brillantes, que linda es la verdad, ¿por que la ocultaría? A ver si entienden gente con un coeficiente mental de 20 (eso es innegable, sino no estarían leyendo ésto), mi neurosis no me deja mentir, algo malo podría suceder, ¿entienden? No, pero no importa, ésto es mucho más simple, si no me creen pueden leer la versión de los hechos de ella, claro, si la puede escribir ese pedazo de analfabeta. Si yo soy la verdad, ella es la materialización de la palabra analfabeto; bruta, tonta y otras serie de adjetivos desagradable. Y volvemos a lo de siempre, ¿que hacías con ella? ¿es que acaso no se les ocurre otra pregunta para hacerme? Estaba con ella porque quería ayudarla a ser mejor persona, fue una época muy caritativa de mi vida, iba a los comedores, y comía, iba a las iglesias y me llevaba ropa, como verán, era pura bondad. ¿No me creen? Repito, lean la versión de ella y banquense las faltas de ortografía de esa bruta. Por Dios, que bruta era... una vez la llevé a comer a un restaurante de primera categoría (pagaba ella), ¿y saben que dijo? "¿Para que quiero 2 cuchillos, 2 tenedores y 2 copas si voy a utilizar uno solo?", una bestia. Yo jamás supe para que eran, pero de ahí a decirlo hay un largo trecho. "No podes ser tan bruta, mi amor" le dije. Entonces ella, indignada, me dijo "que, ¿vos sabes? Si queres hacerte el fino empeza por sacar tus codos negros de la mesa y las lagañas de tus ojos". "Uno de los cuchillos es para cortarte la lengua a ver si así te callas de una vez por todas" pensé. No se como contuve mi ira, pero por lo pronto fui al baño a limpiarme los codos y sacarme las lagañas. Al volver ella hablaba animadamente con el mozo. "¿Interrumpo algo?" dije de forma irónica. "Si" dijo ella, y siguió "hablábamos de los ingredientes de los fideos con manteca, y fue la conversación más apasionante que llevo en la noche". "Podrías cenar con el mozo entonces, y yo los atiendo" respondí. El mozo estaba visiblemente incómodo. "¿Vos que pensas?" le dije. "Me retiro, disculpen" dijo el mozo por lo bajo, y se fue. "Parece que para él no era tan apasionante la conversación" le dije, y sonreí. ¿Y que vino después? Cara de orto, como era habitual... incluso si prestabas atención realmente parecía que una raya se dibujaba exactamente en la mitad de su cara. "¿Y ahora que te pasa?" le pregunté. "Lo de siempre" me dijo "otra salida mas en la que nos peleamos". Noté en sus palabras un cierto dejo de tristeza, entonces me dispuse a remontar la situación. Tuve una idea brillante, hacerla menos bruta, y le expliqué lo de las copas y los cubiertos: "te explico, hay 2 copas porque... si por ejemplo tomas Coca en una te sirven la Coca y en la otra los cubitos, si tomas jugo... no sé, Tang por ejemplo, en uno te sirven el polvito y en el otro el agua... si tomas vino, en uno tomas vino y en el otro vomitás, y así con todas las bebidas que se te ocurran, cada una tiene una explicación diferente... En cuanto a los cubiertos, la explicación es mucho mas simple de lo que imaginas... claro, si sos capaz de eso... Hay 2 cuchillos porque con uno cortas y con el otro te limpias los dientes, en cuanto a los 2 tenedores, uno es para pinchar la comida y el otro es para rascarte la parte del cuerpo que mas desees... Por último, nos quedan las cucharas, que veo que hay una sola... esto es gravísimo, porque solo vamos a poder comer el postre pero no vamos a tener donde dejar el chicle... a menos que lo dejemos a un costado del plato... Brillante, resuelvo cada situación que se me presenta de manera impecable". Luego de mi explicación se fue. "¿Donde vas?" le grité, y salió del restaurant. "¡Mozo la cuenta!" grité, pero recordé que no tenía un peso, y me fui corriendo atrás de ella. "¡Hermenegilda!" le grité en la calle, en realidad no se llamaba así pero quiero preservar su identidad... mas bien quiero evitarme un juicio. "Andate idiota" me dijo, y se subió a un taxi. Frené el que venía atrás, "siga a ese taxi" le dije al chofer. "Flaco, ¿que te pensas? ¿que estás en una película? Decime donde vas". "Quiero seguir a ese taxi señor" le dije. "Bueno, bajate y correlo pelotudo". "¿Como me dijiste?" retruqué algo nervioso y de mal humor. El taxista giró su cuerpo, y mirandome a los ojos me dijo "te dije que sos un pelotudo, y que te bajes porque te arranco el pellejo y me lo pongo de tapizado". "Ah" le dije mas calmo "había entendido otra cosa". Y bajé. En fin, estaba lejos de casa, sin un peso, pero con una buena excusa para no ir a trabajar al otro día.

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2 comentarios:

pantxo petate dijo...

Mirá vos pelotudo, te escribo desde España después de haber leído tu traducción al español, tiene más faltas de ortografía que el original.

Y ya está bien de decir quien no sos, eso lo tengo claro, mejor dinos quien eres.

Juan Pablo Castel.

PS. Pasé por aquí de pura casualidad.

Lify Douglas Pain dijo...

No te lo iba a publicar, pero la verdad es que me resulto gracioso que tengas que traducirlo al español...

No se donde ves las faltas de ortografía, y recorda que yo no soy Juan Pablo Castel, y vos tampoco...

Y mejor mantengamos los modales, las formas, y la paz... vos seguí con tu blog y yo con el mio... No nos metamos en problemas, por favor te pido...