Él era un poeta de poca monta, bah, ni siquiera eso... él había editado una vez un poema en un libro de antología de desconocidos, y se sentía orgulloso. Todo el tiempo escribía, historias, poemas, relatos...
Ella esperaba que él se duerma para agarrar sus cuadernos. Ella leía sus historias en la más absoluta penumbra. Ella quería saber que se siente morir... pero nunca lo iba a saber, hasta que eso sucediera. Él tenía un sentido del humor muy esteganográfico, él lo decía todo pero no decía nada. Ella analizaba las heridas y les tiraba sal, pero no había heridas, había cicatrices y la sal no servía. Ella pensaba que tenía el manual de los sabelotodo, pero apenas podía con su vida. Ella destripaba su imagen con una botella de whisky barata, y su dignidad valía apenas dos con cincuenta. Ella tenía el alma oscura, alumbrada con luz artificial.
Él repetía, recitaba, casi de memoria siempre las mismas palabras: "Nos dicen que no vamos a durar y yo respondo que es envidia... Nos dicen que somos muy diferentes y yo digo que no nos conocen... No nos dan mucho tiempo de vida, pero yo digo que nuestro amor es inmortal... Nos dicen que no es mas que un momento. Yo digo que es eterno... Nos quieren ver separados. Pero somos inseparables. Nos dicen que no es amor. Y no saben nada del amor. Nos dicen que nos demos por vencido. Pero juntos, somos invencibles"
Ella no lo amaba en realidad. Lo que amaba era verse a sí misma, ver su profundidad, su interior, su alma, a través de él. Amaba verse descripta, amaba escuchar lo maravillosa que era. Él, en cambio, sí la amaba. Él amaba verse a sí mismo a través de ella. Él amaba mentir. Él no hacía mas que describirse a si mismo. Y le parecía maravilloso.
Él amaba la mujer que describía con sus palabras. Ella amaba sus palabras.
Ella tenía las pestañas mas largas del mundo. Solían decirse la frase "Es de amor" tras compartir una canción o una película, finalizando la escena con un suave beso. Él siempre le agradeció a la vida el haberla conocido, todo ese tiempo vio el amor a través de ella. Pero ella se fue, ya no está, y a ésta altura le resulta muy difícil definir entre lo que es amor y lo que no. Entonces piensa en ella, y cuando lo hace ve el amor.
Ella murió, sin embargo, él no puede evitar sentir que en éste momento desde donde está viene al lado suyo para susurrarle, una vez mas, al oído "es de amor". Finalizando la escena con un suave y tierno beso.
Ella esperaba que él se duerma para agarrar sus cuadernos. Ella leía sus historias en la más absoluta penumbra. Ella quería saber que se siente morir... pero nunca lo iba a saber, hasta que eso sucediera. Él tenía un sentido del humor muy esteganográfico, él lo decía todo pero no decía nada. Ella analizaba las heridas y les tiraba sal, pero no había heridas, había cicatrices y la sal no servía. Ella pensaba que tenía el manual de los sabelotodo, pero apenas podía con su vida. Ella destripaba su imagen con una botella de whisky barata, y su dignidad valía apenas dos con cincuenta. Ella tenía el alma oscura, alumbrada con luz artificial.
Él repetía, recitaba, casi de memoria siempre las mismas palabras: "Nos dicen que no vamos a durar y yo respondo que es envidia... Nos dicen que somos muy diferentes y yo digo que no nos conocen... No nos dan mucho tiempo de vida, pero yo digo que nuestro amor es inmortal... Nos dicen que no es mas que un momento. Yo digo que es eterno... Nos quieren ver separados. Pero somos inseparables. Nos dicen que no es amor. Y no saben nada del amor. Nos dicen que nos demos por vencido. Pero juntos, somos invencibles"
Ella no lo amaba en realidad. Lo que amaba era verse a sí misma, ver su profundidad, su interior, su alma, a través de él. Amaba verse descripta, amaba escuchar lo maravillosa que era. Él, en cambio, sí la amaba. Él amaba verse a sí mismo a través de ella. Él amaba mentir. Él no hacía mas que describirse a si mismo. Y le parecía maravilloso.
Él amaba la mujer que describía con sus palabras. Ella amaba sus palabras.
Ella tenía las pestañas mas largas del mundo. Solían decirse la frase "Es de amor" tras compartir una canción o una película, finalizando la escena con un suave beso. Él siempre le agradeció a la vida el haberla conocido, todo ese tiempo vio el amor a través de ella. Pero ella se fue, ya no está, y a ésta altura le resulta muy difícil definir entre lo que es amor y lo que no. Entonces piensa en ella, y cuando lo hace ve el amor.
Ella murió, sin embargo, él no puede evitar sentir que en éste momento desde donde está viene al lado suyo para susurrarle, una vez mas, al oído "es de amor". Finalizando la escena con un suave y tierno beso.
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